En cuanto a la vida cotidiana, parece que la ceremonia más importante en el ciclo de la vida era la del "segundo nacimiento", que significaba la aceptación de la niña o niño dentro del clan. A los sesenta días de nacer, la niña era tomada en brazos por la madre y entregada a la mujer del cacique, simbolizando así su introducción en la comunidad.
Recipiente con personaje. Cultura Maya (Yucatán, México)
Pero la ceremonia importante, que los españoles llamaron "bautismo" o "nacer de nuevo", se realizaba hacia los doce años. Era una ceremonia muy rica, una especie de rito de purificación en el que participaban varios niños y niñas, y estaba presidida por un sacerdote, aunque intervenían varias personas. A las niñas se les quitaba en esta ceremonia una concha que cubría sus miembros femeninos; esto indicaba que ya se podían casar. Se trata, en definitiva, de un rito de pubertad, realizado en chicos y chicas, y se celebraba con ello el paso a la edad adulta.